Los fondos internacionales adquieren los excesos del boom inmobiliario.
La banca sigue soltando lastre del ladrillo. En el último año, la gran banca (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell, Bankinter, Unicaja y Liberbank) han pactado la venta de activos tóxicos, vinculados al ladrillo, por casi 37.000 millones de euros.
En las últimas presentaciones de resultados ya no se habla apenas de provisiones y sector inmobiliario porque los bancos quieren pasar página. Durante los últimos años, el Banco Central Europeo (BCE) ha apretado mucho en esta materia para que las entidades financieras fuesen vendiendo las carteras problemáticas. Y las entidades han tomado nota. Aún quedan en sus balances activos inmobiliarios, pero la mayor parte están provisionados. La fórmula habitual es crear una sociedad conjunta con un fondo extranjero y que éste tome el control de los activos problemáticos, habitualmente viviendas y suelo. Aunque en ocasiones también hay carteras de crédito al promotor.
Las entidades se desprenden de carteras problemáticas a instancias del Banco Central Europeo.
El Banco Santander abrió la veda en esta materia en el año 2017, cuando vendió de golpe al fondo Blackstone activos propios y del Popular por 30.000 millones de euros. Se convirtió en la mayor operación del sector. A finales de diciembre del 2018 aún tiene una exposición al ladrillo de 9.300 millones, pero tiene provisionados 4.600 millones, con lo que términos netos su exposición al sector inmobiliario se eleva a 4.700 millones, que equivale sólo al 1% del balance de los negocios en España.
Ahora tiene un acuerdo con Cerberus Capital Management para venderle inmuebles por un importe de 1.535 millones.
En el BBVA, la exposición neta se ha reducido un 61%, al pasar de 6.400 millones en el 2017 a 2.500 millones a finales del año pasado. En octubre del año pasado, vendió una cartera de 13.000 millones a Cerberus. Y posteriormente otra al fondo Canada Pension Plan Investment Board por 1.000 millones de valor bruto. Bankia cuenta con una cartera bruta de 10.900 millones. En diciembre, anunció una operación con Lone Star, que le va a permitir reducirlos en casi en 3.000 millones. CaixaBank anunció en junio la venta de activos con un valor bruto de 12.800 millones (6.700 millones de valor neto) a Lone Star más la filial inmobiliaria Servihabitat. En esta operación quedó fuera el negocio de alquiler.
El Banc Sabadell, por su parte, ha pactado con el fondo Lindorff Holding Spain, que pertenece al fondo sueco Intrum, venderle el 80% de Solvia por 300 millones, cifra que se puede ampliar en 40 millones si se cumplen determinadas condiciones. Además, esta misma semana anunció que pone a la venta su división inmobiliaria denominada Solvia Desarrollos Inmobiliarios, que cuenta con suelos y promociones inmobiliarias valoradas en unos 1.200 millones.
Por su parte, Unicaja redujo sus activos tóxicos en 995 millones y Liberbank, en 1.336 millones.