Los bajos niveles de producción, el retraso en las concesiones, la necesaria agilización en los trámites por parte de los ayuntamientos y la influencia del excedente del boom son algunos problemas que repercuten a las licencias de obra nueva en España y provocan retrasos en el comienzo de nuevos proyectos.
En el primer caso, el número de visados de obra nueva en los últimos años ha disminuido en comparación con los años del boom inmobiliario. Aunque, no sería bueno volver a experimentar las grandes cantidades de obras nuevas previas al estallido de la burbuja inmobiliaria, debido a que se produciría un problema de oferta y demanda, por este motivo sería necesario que el número de visados de obra nueva se correspondiera con la demanda real existente.
El retraso en las concesiones es un problema que afecta directamente en el precio final del producto añadiendo unos costes adicionales por la tardanza en la concesión de licencias, debido a la falta de personal técnico encargado de las valoraciones. Otro motivo que también afecta al precio final de la vivienda es la falta de suelo disponible para construir, principalmente en ciudades como Madrid y Barcelona y repercute directamente en la financiación en la compra de suelo ya que se fomenta en obra nueva por parte de quien ya tiene suelo o proyectos que proceden de promotoras que son avaladas por fondos internacionales.
Aunque una buena parte del stock de viviendas construidas durante la burbuja se ha ido absorbiendo todavía quedan viviendas sin vender debido a los altos precios, la localización y el producto en sí, esto provoca un efecto negativo en los visados de obra nueva.
Asimismo, en zonas con crecimiento demográfico y con poco suelo urbano es necesaria la promoción de obra nueva.
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